¿Qué libros debo leer para ser mejor abogado?

A veces olvidan que los abogados somos personas, que cada uno tenemos preferencias o gustos que nos hacen únicos, que lo que me gusta a mi, no te tiene que gustar a ti u a otros abogados; dicho esto, a mi simplemente no me fascinan los libros de derecho. No digo que no los haya leído o que sean malos, pero considero que son para la época de educación escolarizada y no una constante en la etapa del ejercicio profesional de la abogacía.

El proceso, de Franz Kafka.

¿Por qué recomiendo una novela en lugar de un libro de derecho? Simple, porque yo lo prefiero. Estoy consciente que debo justificar mi respuesta, y la trama del libro es la mejor forma de hacerlo; El proceso cuenta la historia de un tipo que un día es perseguido por un delito, pero nunca le dicen cuál, ni quién es la víctima, así que agoniza de incertidumbre todo el tiempo que dura la novela. ¿Te recuerda algo?

Entonces, ¿qué leo para entender el derecho?

Dependiendo del problema jurídico que se me presente, es lo que leo. Empiezo siempre por ubicar los artículos específicos que regulan el procedimiento en cuestión; por ejemplo, si me llega un asunto de operaciones simuladas, leo el 69-B del Código Fiscal de la Federación.

El 69-B me dirá el procedimiento específico que debe seguir la autoridad para emitir una determinación de operaciones simuladas, y me abrirá la puerta para detectar mi irregularidad favorita, la ilegalidad. ¿A qué me refiero con esto? Que si el personal del Servicio de Administración Tributaria no siguió al pie de la letra los requisitos del 69-B, el acto estará viciado por ser contrario a la ley y se derrumbará como castillo de naipes ante un viento ligero.

Los artículos específicos que regulan el procedimiento no es lo único que leo, también precedentes y ejecutorias, ¡son básicas! Un precedente no es más que la interpretación que ya hicieron de X norma jurídica, y siempre nos conviene saber que se ha dicho al respecto. Acepto que la experiencia juega un papel fundamental a la hora de determinar que leer y que no, nadie quiere caer en ilegalidades que solo implican una reposición del procedimiento; pero la experiencia es algo que da el tiempo, todo el que pases leyendo contenido de calidad abonará a tu experiencia. Es difícil al principio, pero después de leer cien veces los artículos 150 y 153 de la ley aduanera, todo se pone más fácil.

Como mi trabajo consiste principalmente en leer, cuando lo termino ya no me quedan ganas de leer libros de derecho; respeto a quién lo hace, pero para mi leer significa imaginarme lo que me cuenta Hemingway, vivir otras vidas, sentir otras cosas, y no la interpretación que hace otro abogado como yo, de leyes que yo puedo leer.

Para finalizar, reitero que en la vida jurídica también se imponen los gustos, que lo que me sirve a mi quizás no lo hagan a alguien más, y que lo que yo leo está íntimamente ligado con mi actividad principal, porque no es lo mismo ser un investigador que un litigante. #PorFavorLean

 

Lic. Sandra Climent Arredondo 
(867) 120 3621

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